Tiene gracia, os lo va a contar una persona que tiene una relación muy limitada con el deporte, vamos, que no se puede definir ni como amor-odio, porque de amor hasta ahora ha tenido bien poco.  He iniciado unas cuantas veces diferentes actividades deportivas, me he hecho lo que yo llamo patrocinadora de varios gimnasios – pagaba mi quota y nunca iba…el deporte siempre ha figurado en mi lista de propósitos del año nuevo, pero nunca conseguí ser constante y por lo tanto tampoco conseguí ver los resultados ni disfrutar de sus beneficios.

playa-san-juan-alicanteRecientemente leyendo varios libros sobre los hábitos y sobre el funcionamiento del cerebro, me di cuenta que la vida activa, el hacer el deporte, tonificar los músculos y mejorar la resistencia tiene mucho que ver con nuestro rendimiento psicológico, con como reaccionamos en las situaciones de estrés, como manejamos el cambio y como de rápido somos capaces de sustituir malos hábitos por los buenos. Da igual si se trata del típico problema de dejar de fumar o de un deseo de comer más saludable, lo cierto es que como apoyo para cualquier tipo de cambio el deporte es insustituible.

Y parece ser que este razonamiento es el que a mí me convence a levantarme por la mañana, ir a caminar (que para correr todavía no estoy) o para ir al gimnasio y sudar la camiseta haciendo pesas. Como siempre aquí juega un papel muy importante la motivación. Mi motivación personal es la de encontrar la mejor versión de mí misma, y no me refiero a lo que veo cuando me miro en el espejo, sino a la versión más productiva, más creativa, más completa y equilibrada de Martina….y estoy convencida que sin que mi „Avatar“ esté en la mejor forma posible, no voy a ser capaz de conseguirlo. Así que he decidido a ajustar mi vida y hacerla más activa, más sencilla y con eso también más plena.

Lo que hoy llamamos deporte era simplemente parte de la vida de nuestros ancestros. Pienso en mis abuelos y en lo mucho que caminaban y trabajaban fisicamente y entiendo que para ellos el concepto de deporte en sí era solo para los deportistas de élite. No concebían la idea de ir a un sitio específico y correr dentro de una sala en una cita de correr. Pero en solo dos generaciones sus nietos se han hecho vagos, viven una vida sedentaria, comen demasiado y se alejan cada vez más de lo que es natural para el ser humano. Si a esto se le une el estrés, malos hábitos y exceso de comida, como resultado vemos gente enferma, cansada y desmotivada.

Volviendo al tema de ejercicio. Recomiendo que os leáis el libro Spark de John J. Ratey y Eric Hagerman donde se explica muy bien la relación entre el ejercicio y la gestión de emociones, miedos, rendimiento escolar, etc. A mi me ha parecido uno de los mejores libros que haya leído en relación con este tema.

alicante-playa-san-juanSi nuestro objetivo es cambiar un hábito que ya tenemos o establecer uno nuevo, nos puede servir de gran ayuda apoyar el proceso con el ejercicio físico. Según los últimos estudios este ayuda a pensar más claramente, y a que nuestro cerebro aprenda nuevas cosas mejor y esté más abierto a experimentar. Por supuesto no nos debemos olvidar del subidón producido por las endorfinas que nos hace afrontar los retos difíciles de una forma más positiva. La cuestión es hacer de nuestro cuerpo nuestro aliado.

El proceso relacionado con los hábitos normalmente va acompañado con una cierta resistencia, nuestro cerebro no está por la labor y no solo eso, entra en juego la parte biológica, nuestro cuerpo, la gran máquina llena de procesos químicos, la que tenemos que aprender a utilizar a nuestro favor, y no dejarla seguir su „propia voluntad“. La actividad física mejora la neuroplasticidad y la neurogénesis y tener el cerebro funcionando correctamente nos servirá de apoyo para hacer tantos cambios como queramos, convertirnos en quien queremos ser y desprendernos de aquello que nos ralentiza a la hora de avanzar. Pero para todo esto, tenemos que adquirir un compromiso serio con nuestro cuerpo, porque los resultados duraderos no llegan después de dos sesiones de spinning ni de hacer un detox.

Me gusta la idea de hacer el deporte para mejorar el funcionamiento de mi mente, para gestionar la ansiedad y los miedos. Me gusta tener objetivos más allá de los de la tableta de chocolate o de llegar a la media maratón. Yo quiero que mi cuerpo me ayude a cambiar.

Así que ya he empezado a darle giro a mis hábitos, he empezado caminar, estoy yendo al gim, y no os preocupéis, no pienso compartir en redes las fotos de mis rutas, ni de mi Garmin, ni de cuantas calorías he gastado en cada sesión 😛 Eso sí, si veo que mi rendimiento, mi concentración y el funcionamiento de mi cerebro ha mejorado como prometen todo esos estudios, os lo haré saber. Y os puedo asegurar que en ese caso no soltaré el ejercicio jamás.